Detrás de la ventana. Ilustraciones para la revista Nuestro Tiempo.

La soledad a veces se anhela, pero se tiñe de negro cuando se sufre, y el rostro más vulnerable es el de la persona mayor. Considerada uno de los retos sanitarios a los que se enfrenta el mundo occidental en el siglo XXI, la soledad deja en desventaja a aquellos que se adentran en la vejez en un universo que, de forma paradójica, se encuentra más conectado que nunca. En España, según un estudio de la Fundación la Caixa, casi tres millones de personas de más de 65 años reconocen vivir en soledad no deseada. Superarla requiere el abrazo de una comunidad tejida de vínculos afectivos.

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A lápiz y con sombrero